LECTURAS

Una breve historia de Los ilusos

flecha abajo

Hace 10 años estrenamos Los ilusos y gracias a aquel impulso hemos seguido creando películas durante todo este tiempo. Han sido años difíciles, con muchas crisis y cambios sobrevenidos, en los que hemos ido aprendiendo a hacer cine juntos.

La película que estrenamos en 2013 era el resultado de un proceso de creación que duró varios meses, pero siempre hemos pensado que todo empezó un poco antes, cuando rodamos Todas las canciones hablan de mí, allá por 2009. Aquel largometraje fue producido por Tornasol Films en un momento particularmente convulso debido a la crisis económica mundial, que ya hacía estragos en España, y que se sumaba a una nueva crisis del cine, en pleno proceso de transformación del celuloide al digital y un cambio de paradigma para toda la industria. Aún en esas circunstancias, Todas las canciones… se rodó en 35mm, bajo criterios y parámetros de producción, distribución y exhibición de una época que ya se extinguía, y tuvo su estreno en salas comerciales a finales de 2010. Fue una suerte llegar a hacer una película de esa manera, poder vivir una experiencia así y aprender de ella. También sufrimos mucho, nos tocó lidiar con bastantes problemas y afrontar un buen número de contradicciones. Llegamos a padecer un síndrome muy característico del cine, que no es otra cosa que la sensación de haber llegado tarde al Cine (tal y como lo habíamos idealizado). Pero tomamos nota: no podíamos seguir por ese camino de melancolía que conducía sin remedio a la frustración.

El equipo iluso rodando en las calles de Lavapiés. Fotografía de Miguel Ángel Rebollo.

En 2011 me dio por ponerme a montar una nueva película a partir de las grabaciones que había venido realizando con mi teléfono móvil entre los años 2007 y 2009. Aquellas imágenes de apenas 3 megapíxeles mostraban ese tiempo de espera antes del rodaje de Todas las canciones… Y mientras seleccionaba y ordenaba el material con Marta Velasco pude empezar a valorar aquello de otra manera; comprendí que podíamos transformar toda esa frustración en energía positiva. La película Los ilusos empezó a tomar forma en mi cabeza en ese mismo momento, como una escritura y puesta en escena de lo que había registrado en aquellas “Miniaturas” de forma inconsciente. Al principio eran solo ilusiones vagas en mi cabeza, pero entonces Javier Lafuente apareció por casa una tarde y me preguntó en qué andaba. Supongo que le hablé de todo esto, balbuceando. Lo sorprendente es que él lo vio claro y me animó a lanzarnos. Me dijo, hagamos lo que sea, no esperemos a que vengan a proponernos algo porque no tiene pinta de que vaya a venir nadie… Tenemos que depender de nosotros mismos. Hagamos algo con lo que tenemos. Tenemos ganas, tenemos amigos, tenemos algo de dinero (no mucho), pongámoslo ahí y démonos esa oportunidad. Siempre recordaré esa conversación, decisiva y al mismo tiempo natural, como algo que no podía haber sucedido de ninguna otra manera. 

Foto de equipo es una azotea de la Plaza Mayor, después de rodar un plano al amanecer. Fotografía de Miguel Ángel Rebollo.